IMPOTENCIA
Con esta palabra resumió Joserra el encuentro. El partido visto sobre Villafranqueza no da lugar a dudas: hace falta pegada. El Ribarroja, hasta ayer colista en justicia, visto lo visto sobre el terreno de juego, se llevó el partido de una manera simplona, sin hacer ningún tipo de esfuerzo, sufriendo y esperando al Alicante y casi suplicando no encajar ningún gol frente a la tromba celeste. El Alicante atacó hasta la saciedad, pero faltó fortuna cara a puerta. Ocasiones no faltaron. El partido sólo tuvo color celeste. El conjunto de Joserra apostó por un fútbol de toque, posesión y velocidad en el ataque. El Ribarroja tan sólo pudo encerrarse atrás dado el planteamiento del míster celeste.
En el minuto 4, en un saque de falta, el Alicante inició una jugada ensayada: García sacaba en corto para Carrión en banda derecha, quien cedió el esférico a Pepín que, con grandes regates, se plantó en línea de fondo y centró. El guardameta consiguió atajar el esférico. Un minuto después, Adrián robó un balón en el centro del campo y casi en línea de banda izquierda. El 14 del Alicante se deshizo de varios contrarios y le pasó el balón a García, quien pasó a Pepín por banda derecha, que centró directo al portero.
En el 8, ocasión manifiesta de gol: pase largo a García que se quedaba completamente solo. Nacho le agarró, le tiró de la camiseta para que no llegara al balón, cosa que consiguió. El colegiado señaló la falta pero tan sólo sacó tarjeta amarilla pese a ser el último defensa.
En el minuto 9, gol anulado al Alicante: fue obra de José Végar, tras el lanzamiento de un libre directo que rebotó en un contrario y Végar aprovechó el rechace para materializar. No obstante, pese a estar en posición antirreglamentaria, la duda viene de si el gol debería haber sido legal al haber recibido el balón de un jugador contrario. La polémica estaba servida.
Pero el conjunto celeste, lejos de venirse atrás, siguió atacando y, un minuto después, José García, en su segundo partido como celeste, se quedó solo ante el portero pero muy escorado a la izquierda e intentó marcar, pero sin tener jugadores con los que apoyarse, teniendo la presión de varios defensas y en una posición tan escorada, tan sólo pudo chutar al lateral de la red.
Tras el monólogo celeste, las ocasiones claras pasaron a ser simplemente presión sin llegar a hacer intervenir al guardameta y el Ribarroja empezó a crecerse un poco: en el 11, una jugada colectiva de los valencianos acabó en un centro peligroso de Cifo que despejó a córner un defensa y, en el 20, un córner de los visitantes pudo acabar en gol en una doble ocasión que desperdiciaron. Tan sólo esto y un disparo cruzado en el minuto 36 de Galduf, además de un gol anulado por clamoroso fuera de juego en el 42, fue lo que hizo el Ribarroja en toda la primera mitad.
En el 23, la solidez defensiva celeste se hizo patente: Cifo pasó el balón entre las piernas de Adrián pero el lateral izquierdo del Alicante, lejos de rendirse, no se dejó rebasar y consiguió mantener la posesión del esférico. Merced al apoyo recibido por Matías, evitaron que otros jugadores visitantes llegaran al balón para recuperarlo y retomar el ataque.
A partir de la media hora de juego, el Alicante recuperó el dominio absoluto del encuentro: un sinfín de ocasiones se vieron en Villafranqueza: en el 33, un centro de Végar tras el cual el esférico se paseó por delante de la portería sin llegar nadie al remate; en el 43, gran tiro de García que se fue fuera por poco; en el 44, gran tiro de Végar desde el borde del área, que se fue algo alto.
Si la primera parte fue celeste, la segunda no fue muy distinta. En el 52, Végar dio un balón largo a García, que chutó y dio en el palo izquierdo. En el 55, Végar dio un centro casi raso al que no llegó Pepín por milímetros para rematar a puerta vacía tras una mala salida del portero. En el 58, Toni Jiménez lanzó una falta que José García remató de cabeza, parando Jordi con algunas dificultades. Tras unos minutos sin ocasiones del Alicante, pese a encerrar al Ribarroja en su área, en el 73, en una jugada conjunta, Pepín y Toni Jiménez tuvieron una doble ocasión de gol que Jordi acertó a intervenir y evitar el gol local.
Toque, toque y toque, pero el miedo a chutar se empezó a hacer patente entre los celestes: pese a empezar a verse mucho antes, Pepín fue la primera víctima de ese miedo, esta vez ya más claro, en el 75 cuando tenía todo a favor. Y en el mismo minuto, posible penalti a García. Pese a que parecía falta clara dentro del área, el colegiado señaló falta de García por simular y decidió amonestarlo. En el 78, Pepín pasó a Toni Jiménez por banda izquierda y éste, tras pensárselo demasiado, acabó demasiado escorado a la banda derecha y tiró fuera casi sin ángulo. En el 85, Toni Jiménez, Pepín y Végar encabezaron una jugada conjunta en la que el portero acabó despejando con dificultad. En el 86, gran jugada colectiva de los celestes pero ese miedo a chutar evitó que el balón acabara en el fondo de la red. En el 89, Lander realizó una gran jugada por banda derecha apoyándose en Toni Jiménez, Lander se la volvió a pasar pero la indecisión o miedo a chutar hizo que Jiménez acabara centrando en vez de tirar a puerta y, a su vez, el centro fue demasiado fuerte.
Y cuando perdonas, acabas pagándolo. Y el Alicante lo pagó, y muy caro. El Ribarroja, que había pasado por Villafranqueza sin pena ni gloria, marcó por medio de Civera al rematar de cabeza una falta. Ya con el tiempo cumplido, la moral de los celestes se vino abajo y, pese a que lo volvieron a intentar, la sensación de impotencia al estar perdiendo el, tal vez, su mejor partido de la temporada, practicando un juego vistoso, teniendo una infinidad de ocasiones para materializar y, ante todo, dominando durante los 90 minutos al rival, encerrándolo en su área, dejó tocada y hundida la moral de los futbolistas.
En conclusión, derrota injusta del Alicante ante un Ribarroja que no hizo nada para llevarse el encuentro pero, sin embargo, los 3 puntos viajan para tierras valencianas.