El Centro de Tecnificación, ahora Pabellón Pedro Ferrándiz, ha tenido una amalgama de vivencias digna de cualquier libro de Hitchcock. Unos hombres de blanco han defendido al club de Alicante en todas esas lides. Gestas épicas, batacazos dolorosos, alegría desbordada, emoción a flor de piel, lloros, risas cómplices y, sobre todo, baloncesto. Da igual que los nombres cambien, da igual quién sea el rival. Lo que importa es el baloncesto de la ciudad y la provincia. El HLA Alicante está, nuevamente, ante la oportunidad de seguir avanzando en la búsqueda del Oro. Y no queda otra que ganar o ganar. Para eso, en el choque de esta tarde ante Basket Navarra, el recinto alicantino ha de ser el de las grandes ocasiones, el de no caber un alma, el de dejarse la garganta y las manos a aplaudir, el de llevar en volandas a los hombres de David Varela.
Las semifinales del play off y Ávila esperan. Atrás quedan los cuatro partidos que se han jugado, el final del cuarto envite en el que la victoria voló en el último suspiro, las seis prórrogas que ha habido esta temporada porque dicen que cuando no se gana, se aprende. Los hombres de David Varela han aprendido que tienen virtudes más que suficientes para derrotar a cualquiera (en este caso, al equipo navarro) y también en esa enseñanza entra superar los momentos delicados y saber frenar las bonanzas del oponente: Kone Moussa, Adrián García, Kris Davis e Iñaki Narros son los grandes peligros del plantel pamplonica, como se ha visto durante toda la eliminatoria.
Desde Iruña llegan con la moral por las nubes tras empatar la serie pero en la plantilla lucentina hay sed de éxito. Las ocho horas de autobús del trayecto entre Pamplona y la capital alicantina dieron para reflexionar que es posible superar a los navarros desde la concentración, la humildad y el buen trabajo en equipo. Y sobre todo, de que no sirve de nada lamerse las heridas cuando todavía hay una opción para pasar a semis. En unos y en otros estarán todos por lo que sólo falta que los colegiados lancen el balón al aire y que gane el mejor.
Cabe recordar que los socios no pagan y que los niños menores de 12 años tienen el acceso gratuito. La entrada será única de cinco euros para todo el pabellón